Juan Chaves alerta de los peligros de los criptoactivos y reclama que todas las administraciones se impliquen con actuaciones informativas y preventivas
El Grupo Municipal de Podemos-Equo Xixón llevará al pleno de este jueves una proposición para que el Ayuntamiento inste al Gobierno asturiano a establecer limitaciones y prohibiciones a la publicidad de aplicaciones y casas de intercambio de criptomonedas en espacios y recintos de titularidad pública autonómica. El texto que se someterá a votación reclama asimismo que se inste al Principado y al propio Ayuntamiento a incluir acciones preventivas en su programación de actividades juveniles para informar de los riesgos y problemas sociales y de salud pública que estas actividades pueden provocar. Y que se solicite a las Cortes Generales y a los gobiernos central y autonómico que impongan a la publicidad de aplicaciones y casas de cambio de criptomoneda las mismas limitaciones que tienen las casas de apuestas.
El concejal Juan Chaves pone el acento en el hecho de que la pandemia “ha agravado uno de los grandes problemas de nuestra sociedad: el de las adicciones. Alcohol, tabaco, sexo y juego son las mas extendidas y a ellas se han unido recientemente las criptomonedas y los NFTs”. Advierte de que “una criptomoneda es un activo digital que no está regulado por ninguna institución como un banco central ni cuenta con patrones de protección a los usuarios. Es un mercado que está creciendo a una velocidad tremenda, con una publicidad muy agresiva y entrando las principales casas de compra de criptomonedas en patrocinios deportivos en la NBA o la Fórmula-1, sustituyendo a las casas de apuestas y tratando de captar al mismo tipo de cliente”.
El edil de Podemos-Equo Xixón explica que “no existe ninguna norma para emitir criptoactivos, no es necesario notificar a una autoridad competente la puesta en circulación de la criptomoneda”, lo cual implica que “no hay nadie que alerte de que estamos ante alguna posible estafa piramidal, como ha pasado con Arbistar o Ethereum-Max”. Alerta de que “la gran volatilidad del mercado, propio de un mercado especulativo, la exposición de miles de jóvenes y la ausencia de control provocan pérdidas importantes, sin que quienes entran en estos mercados sean en muchas ocasiones conscientes del riesgo que asumen”.
Asimismo, señala, “el gasto energético que requieren estas monedas para su funcionamiento es altísimo. Sólo el minado de bitcoin consumiría tanta electricidad como Holanda y es cada vez más frecuente encontrar granjas de minado que pinchan la red eléctrica de manera ilegal para el proceso de minado”. Deja claro, no obstante, que esta proposición no tiene como fin la condena de las criptomonedas en sí, o del desarrollo de la tecnologías blockchain, “que tienen importantes cuestiones positivas, como la posibilidad de generar mayor seguridad jurídica en actos públicos y privados o facilitar la transparencia y la trazabilidad de operaciones de todo tipo, y que también están detrás del uso y desarrollo del modelo de criptomonedas”.